Las competencias blandas en un mundo digitalizado

La demanda de competencias blandas está al alza en Cataluña, según un estudio llevado a cabo conjuntamente entre la Patronal de la Petita i Mitjana Empresa (PIMEC) y la UOC sobre la demanda de competencias y empleos en el mercado de trabajo catalán.

Por competencias blandas, nos referimos a aquellas capacidades y habilidades personales e interpersonales que son esenciales para autogestionarnos y gestionar a los demás, como por ejemplo, la capacidad de adaptación al cambio o saber trabajar en equipo. También son competencias blandas las habilidades de razonamiento, tales como saber resolver problemas o pensar creativamente. En los últimos años, los empleadores las demandan con mucha mayor intensidad. Antes de la Pandemia (2019), un 69,96% de las vacantes incluían al menos una competencia blanda entre sus requisitos; hoy lo hace más de un 73,06% de las vacantes.

Figura 1: Demanda de competencias blandas en Cataluña

Fuente: Baròmetre de les competències i ocupacions, PIMEC-UOC.

Las competencias blandas más requeridas y en las que su demanda sube más son aquellas que se relacionan con la capacidad de gestionarnos a nosotros mismos. Dentro de este grupo las habilidades de «Adaptarse al cambio», «Asumir responsabilidad de nuestras acciones» y «Gestionar el tiempo» son las más demandadas, apareciendo en un 51,5, 29%, 27% de las vacantes, respectivamente. En un mundo que cambia a un ritmo muy rápido, ser capaz de afrontar estas transformaciones con flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de aprender está siendo muy valorado por las empresas y es un imperativo esencial para los profesionales que quieren mantenerse vigentes y relevantes en este contexto.

Según el Barómetro de las Competencias y las Ocupaciones, una herramienta interactiva creada por PIMEC y la UOC para analizar la demanda laboral en el mercado de trabajo catalán, la fuerte demanda de la habilidad de adaptación al cambio se da en una amplia variedad de sectores y empleos (Figura 2). Así, más del 95% de los sectores económicos y del 65% de los empleos lo piden, mostrando su carácter transversal y su aplicabilidad en sectores y empleos de muy diverso carácter. Por ejemplo, se demanda en el 70% de las vacantes de vendedores por teléfono, 67% de las de directores de investigación y desarrollo, 67% de las vacantes de empleados de ventanillas de información y en el 65% de las de desarrolladores web y multimedia.

Figura 2: Porcentaje del total de sectores y empleos que pide una cierta competencia blanda

Fuente: Barómetro de las Competencias y Ocupaciones, PIMEC – UOC.

El segundo bloque de competencias blandas más demandadas son las competencias interpersonales y dentro de esta categoría, las competencias de trabajar en equipos y dirigir a otras personas. Estas competencias son requisitos a casi 40 y 27% de las vacantes en Cataluña. Al igual que las competencias de autogestión, estas competencias interpersonales tienen una fuerte demanda en un amplio conjunto de sectores y empleos (ver figura 2). Al contrario de lo que a veces se piensa, su demanda es particularmente elevada en empleos y sectores que podrían ser clasificados como “duras” o “duros” en el sentido de que tradicionalmente demandan muchas competencias asociadas con las matemáticas, las tecnologías o las ciencias : Según el Barómetro, un 46% de las vacantes de ingenieros y un 45% de los desarrolladores web y multimedia las pide. De formar similar a las competencias de autogestión, ha habido un fuerte aumento de la demanda de competencias interpersonales en Cataluña, pasando de un 33% de las vacantes en 2019 a un 40% en 2023. Estudios recientes por otros países corroboran que los salarios y las oportunidades de trabajo han aumentado más en las ocupaciones que piden más competencias sociales (Deming, 2017). También sugieren que las personas que saben trabajar en equipo son muy valiosas porque aumentan la productividad de los demás y en colaboración con otros pueden realizar un conjunto más amplio de tareas (Weidmann y Deming, 2021)

Dados estos resultados, conviene revaluar el rol de estas competencias en nuestro sistema educativo y en nuestro desarrollo profesional. Es esencial incorporarlas de manera más explícita y deliberada en los programas educativos de forma que las siguientes generaciones salgan mejor preparadas por el mercado de trabajo. Esto se vuelve crítico en un mundo cada vez más digitalizado y automatizado en el que las máquinas nos sustituirán en el ejercicio de muchas de las tareas más “duras” que hacemos. De hecho, es nuestra capacidad como humanos de autogestionarnos y de relacionarnos con otros lo que nos distingue de las máquinas y por ahora, nos hace insustituibles a muchos trabajos. Aquellos que estén mejor preparados en estas competencias, tendrán más posibilidades de trabajo y prosperar en sus carreras.

También, es necesario expandir y normalizar los programas de formación destinados a reforzar estas competencias entre los trabajadores. Si bien este tipo de formación es bastante común entre profesionales de la dirección de empresas, es todavía relativamente poco frecuente para el resto de trabajadores.

Referencias

Weidmann, B. i Deming, D.J., Team Players: How Social Skills Improve Team Performance. Econometrica, 89: 2637-2657.Novembre 2021 https://doi.org/10.3982/ECTA18461

David J. Deming, The Growing Importance of Social Skills in the Labor Market, The Quarterly Journal of Economics, Volume 132, Issue 4, Novembre 2017, Pages 1593–1640, https://doi.org/10.1093/qje/qjx022